sábado, 8 de marzo de 2014

El oso y sus nuevos amigos

EL OSO Y SUS NUEVOS AMIGOS

Nuestro oso, que estaba por fastidiar, no cesaba de molestar a los gorrioncitos, que acabaron por hartarse. Así que decidieron darle una lección y, con sus picotazos desde las orejas a la cola, empezaron a ponerle nervioso, pues alzaban el vuelo cuando el grandón pretendía vengarse. Un día, éste se dijo:
—Me haré el dormido y cuando se acerquen, me los zamparé a todos.
Pero no contaba con la astucia de las avecillas. Cuando le vieron dormido, fueron a hablar con sus amigas las abejas, a las que pidieron un panal prestado lleno de abejas y abejorros. Aprovechan-
do que tenía los ojos cerrados, se lo lanzaron a la cabeza. Enloquecido por los picotazos, el oso no tuvo más remedio que correr y meterse de cabeza en el río.
Entonces las abejas dejaron de perseguirle. Cuando pudo salir, ayudado por el gato y los pajarillos, comprendió su mal comportamiento.
—Si quisierais perdonarme, podríamos ser amigos.
—Perdonado —gritaron todos, tan contentos.
Además de no tener que arrepentirse, en adelante pasaron muy buenos ratos todos juntos.

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