martes, 30 de abril de 2013

El camión

El camión

¡Por fin llegó el camión!
todos se apresuran a subir.

El camión atraviesa la ciudad.

Una señora teje, la niña mira por
la ventana y un señor escucha la radio.

El camión se aleja de la ciudad.

Loa pasajros, asombrados, preguntan:
- ¿A dónde vamos? ¡Queríamos ir al
zócalo!

El chofer contesta: -este camión no va
al zócalo. ¿No leyeron el letrero?

!Qué Distraídos¡ Ahora tienen que
regresar caminando a la ciudad.

¿A qué camión subirán esta vez?

Libro de lecturas de primer grado (El de la portada del perrito)

Ricitos de oro y los tres osos

Ricitos de oro y los tres osos

Había una vez tres osos que vivían
en el bosque:
papá oso, mamá osa y el pequeño osito.

Un día Ricitos de Oro se perdió en el
bosque y descubrió la casa donde 
vivían los tres osos.
Cuando los osos no estaban, Ricitos
de Oro entró a la casa.
Ricitos de Oro probó la sopa del plato
grande.-¡Ay!-Gritó-. Esta sopa
está muy caliente. Ricitos de Oro
probó la sopa del plato mediano.
- ¡brrr! Esta sopa está helada.
Ricitos de Oro probó la sopa del plato
pequeño. -¡Mmm! Esta sopa está
deliciosa.Y se la comió toda.

Después Ricitos de Oro quiso dormir un
poco. se acostó en la cama grande
y dijo: -¡Está durísima!
Entonces se acostó en la cama mediana
y dijo:-¡Está muy blanda!
Por último, se acostó en la cama 
pequeñas. Era tan cómoda que se 
quedó dormida.

Los osos regresaron a su casa.
Papá Oso dijo:
-¡Alguien ha probado mi sopa!

Mamá osa dijo:
-¡Alguien ha probado mi sopa
también! El osito dijo:
-¡Alguien se ha comido toda mi
sopa!

Los tres osos, tristes y hambrientos,
decidieron irse a la cama. Papá oso
dijo:-¡Alguien ha dormido en mi cama!
Mamá oso dijo: -¡Alguien ha dormido
en mi cama también!- El osito gritó:
-¡Alguien está durmiendo en mi cama!

Ricitos de Oro despertó.
Al ver a los osos saltó de la cama
y salió corriendo sin parar.

Libro de lecturas de primer grado (El de la portada del perrito)

lunes, 15 de abril de 2013

Niña bonita, te llamas Aritmética

Niña bonita, te llamas Aritmética

Caireles rubios que parecen             1
Prendedores azules que parecen      2
Ganchos en le vestido que parecen  3
vistes zapatos que parecen               4
largos listones que hacen el              5
Acaso el                                             6
¡Niña bonita de                                  7 holanes en el
                                  vestido!

Eres multiplicación que camina
con signos en forma de cruz X,
o bien, en raya que indica todo + o nada
o tal vez resta - o una división,
donde también hay sumas.

Tus hermanos los números pares y nones,
son tan juguetones como tú.

Dime: ¿Cómo te llamas?

Y la niña responde "¡Aritmética!"

¿Y tú?


Agradecimientos al autor:
Diana C. de Sandoval

El Sol quería bañarse.

El Sol quería bañarse.

El Sol quería bañarse
porque tenía calor.
Llevaba el calor por dentro,
La Luna se lo advirtió;

pero el Sol no le hizo caso,
ni siquiera le escuchó,
por que el calor que tenía
le quitaba la razón

y hacia el caer de la tarde
se tiró al mar y se ahogó.
Al ver que se ahogaba el pobre
el cielo se oscureció,
las estrellitas lloraban
lágrimas de compasión;
negro todo el mar se puso
de tristeza que le dio.

Sólo la Luna en el cielo
muy serena se quedó
"No os asustéis-les decía-,
que no hemos perdido al Sol.

Mañana de mañanita
saldrá por otro rincón,
más fresco que una lechuga
con el baño que se dio."

A la mañana siguiente,
sonriente salió el Sol;
el cielo se puso alegre,
el mar, de gozo, bailó,

las estrellas se reían
del susto que el Sol les dio;
y la Luna, satisfecha,
en su cuarto se durmió.


Agradecimientos al autor:
Salvador de Madariaga

Canción para vestirse

Canción para vestirse

A levantarse,
dijo la rana,
mientras espiaba
por la ventana.

Un pajarito
que está en la cama
busca el zapato
bajo la rama.

Upa, dijeron
cuatro ratones,
y se quitaron
los camisones.

-No hallo mi flauta,
protesto el grillo,
y la tenía 
en el bolsillo.

Una gallina
muerta de risa
se pone gorro
y la camisa.

Medio dormido
dice el morrongo:
-Cuando madrugo
siempre rezongo.

Y el sapo dice:
-¡Qué disparate,
con chocolate!
Tira con tirita
y ojal con botón.


Agradecimientos al autor:
María Elena Walsh

sábado, 13 de abril de 2013

La tela de araña

La tela de araña

Sobre una frágil rosa
fabricaba una araña cierto día
su tela maravillosa,
y cuentan que decía,
con su trabajo orgulloza:
"Ya decidida estoy, desde mañana
me e de poner aquí de centinela,
y como tengo industria, madrugada y fuerza,
no pasará jamás junto ami tela
ni un solo moscardón que no haga mío"
Dando entonces rugidos llegó el viento,
arrebató violento,
hojas, tela, proyectos y esperanzas.

Agradecimientos al autor:
José Rosas Moreno

Moraleja:
Aquel que sobre arena va a fabricar palacios
imprudente.

viernes, 12 de abril de 2013

¡A que te pego!

¡A que te pego!


El gato viene de allá.
el gato viene de acá.
El gato dijo:
-¿Vamos a pegarle al ratón?
El gallo dijo:
-¡Vamos!


El gallo dijo: -¡Tú te vas por allá  y yo
me voy por acá!
Y el gato dijo: -¡No!¡Yo me voy por
acá y tú por allá!


El gallo dijo:
-¡No seas necio!
Y el gato dijo: -¡El necio eres tú!

El gallo le pegó al gato.
El gato le pegó al gallo.
Y allá, a lo lejos, el ratón reía, reía.

De el libro de lecturas de primer grado (el da la portada del perrito)

El gato bombero

El gato bombero


Cuando Rino nació, estaba muy
chiquito y muy flaco. -Este gatito
tan feo no lo quiero -Dijo la señora
de la casa, y se lo regaló a un niño
que era hijo de un panadero.


Cuando el panadero vio al gatito, se
enojó y le dijo a su hijo:
-Yo no quiero gatos en la panadería,
así es que ¡fuera de aquí!


El niño, muy triste, regaló a Rino a una
amiguita suya, que era hija de un
carnicero. Cuando el carnicero vio al
gatito se enojó y le dijo a su hija:
-Yo no quiero gatos en la carnicería,
así es que ¡Fuera de aquí!


La niña regaló a Tino a una vecina
que era hija de un señor que tenía
una juguetería.


Cuando el señor vio al gatito se
enojó y le dijo a su hija:
-Yo no quiero gatos en la juguetería,
así que ¡Fuera de aquí!


La niña dijo: -Voy a dejar a Rino
afuera de la juguetería y le traeré
leche y comida todos los días.
Rino creció mucho y se volvió un
gatito muy lindo y gordo.


Una noche, cuando Rino dormía
afuera de la juguetería, sintió
un olor a humo y empezó a maullar.
Maulló tan fuerte, tan fuerte que vino
un policía y llamó a los bomberos.

Los bomberos apagaron el fuego de
la juguetería y, cuando se iban, un
bombero vio al gatito y preguntó:
-¿De quién es este gatito?-. El
policía le contestó: -Es un gatito
callejero. Él avisó que la juguetería se
estaba quemando.


El bombero dijo: -Me lo llevaré a mi
casa y así él me avisará si hay algún
incendio.

De el libro de lecturas de primer grado (el de la portada del perrito)

Puentes

Puentes

Yo dibujo puentes
para que me encuentres.
Un puente de tela,
con mis acuarelas...

Un puente colgante,
como tiza brillante...
Puentes de madera,
con lápiz de cera...

Puentes levadizos,
plateados, cobrizos...
Puentes irrompibles,
de piedra, invisibles...
Y tú...¡Quién creyera!
¡No los ves siquiera!
Hago, cien, diez, uno...
¡No cruzas ninguno!

Mas, como te quiero...
dibujo y espero.
¡Bellos, bellos, puentes
para que me encuentres!


Agradecimientos al autor:
Elsa Bonerman.

El taller de la señorita lluvia

El taller de la señorita lluvia

Señorita lluvia,
quiero conocer
en las nubes negras
su hermoso taller.

Señorita lluvia
¡Véngame a buscar!
tras la ventana
la voy a esperar.

Qué gotas tan lindas
sabe hacer usted...
Redondas..., brillosas...
que borran mi sed.

Gotas transparentes,
vestidas de gris...
¡Enséñeme a hacerlas!
¡ Seré su aprendiz!

Señorita lluvia
déjeme pasar...
No tocaré nada.
Yo quiero mirar...

¡Ah!... Me gusta verla
trabajando así...
Su abrazo mojado
regáleme a mí.

Señorita lluvia,
toque, sea buena,
su charango de agua
que tan dulce suena.


Agradecimientos al autor:
Elsa Bonerman.

martes, 9 de abril de 2013

La casita del caracol.

La casita del caracol.


En un terreno abandonado vivían
muchos animales. Entre ellos vivía un
gusanito que no tenía casa. Un día el
gusanito decidió ir a la casa de otros
animales para pedirles que lo dejaran
vivir con ellos.


Primero fue a un hormiguero y dijo:
-Hormiguita, yo no tengo casa. ¿Me
dejarías vivir contigo?


-Bueno-dijo la hormiguita-, si
quieres te puedes quedar, pero te
prevengo que a las hormigas nos
gusta comer gusanitos.


El gusanito, espantado, se fue al 
estanque de los peces y dijo:
-Pececito, yo no tengo casa. ¿Me
dejarías vivir contigo? -Bueno-dijo el
pececito-, si quieres te puedes
quedar, pero te prevengo que a los
peces nos gusta comer gusanitos.

El gusanito, espantado, se subió a un árbol y
vio un agujero de ardillas. Entonces se
acercó y dijo: -Ardillita, yo no tengo casa.
¿Me dejarías vivir contigo? -bueno- dijo la 
ardillita-, si quieres te puedes quedar, pero
te prevengo que a las ardillitas nos gusta
comer gusanitos.


El gusanito, espantado siguió
subiendo al árbol llegó a un nido de
pájaros y dijo: -Pajarito, yo no tengo
casa. ¿Me dejarías vivir contigo?
-Bueno -dijo el pajarito-, si quieres
te puedes quedar, pero te prevengo
que a los pájaros nos gusta comer
gusanitos.


El gusanito, espantado, se cayó del
árbol, se encontró a un duendecillo
y dijo.


-Amiguito yo no tengo casa.
¿Me dejarías vivir contigo? -Ven
-Dijo el duendecillo- aquí hay muchas
casas vacías, pero son redondas.

Mete primero la cola y deja tu
cabeza afuera, así te puedes llevar
tu casa a donde quieras.


Y así, desde aquel día el gusanito se
transformó en caracol.

De el libro de lecturas de primer grado (El de la portada del perrito)

Los tres deseos

Los tres deseos


Había una vez un leñador
que fue al bosque a cortar un viejo
árbol.


En el viejo árbol vivía un duende,
quien le pidió que no cortara el
árbol.


El leñador decidió no cortar el
árbol. El duende, agradecido, le
dijo:
-Les cumpliré tres deseos a ti y a
tu esposa.


El leñador fue corriendo a contarle a
su esposa. La mujer se puso tan 
contenta que olvidó preparar la
comida.


Después, el leñador dijo:


-Me gustaría comer una gran
salchicha. Entonces una gran
salchica apareció sobre la mesa.


La mujer, enojada, dijo:
- ¡Ojalá que la salchica se te
pegara en la nariz!


Y la salchica se le pegó en la nariz
El leñador dijo: -Que la salchica se
me despegue de la nariz!
Y la salchicha cayó en la mesa.

Después, los dos se quedaron
callados. Por discutir, perdieron las
tres oportunidades. Entonces, se
pusieron a comer la gran salchicha.
¡Fue lo único que obtuvieron!

De el libro de lecturas de primer grado ( El de la porta del perrito )